[ Pobierz całość w formacie PDF ]
mado mal. Se han hecho muchas investigaciones y muchos experimentos, pero no ha habido pruebas sufi-
cientes para demostrarlo. Es decir, hoy por hoy no se conocen las causas de la homosexualidad, pero
tampoco las de la heterosexualidad. Así que si la ciencia no lo sabe, si no hay forma humana de saberlo,
¿para qué perder el tiempo preguntándotelo? ¿Qué hay más allá de nuestro universo? ¿Qué fue primero, el
huevo o la gallina? Por otro lado, ¿para qué queremos saber cuál es la causa? ¿Para evitarlo? ¿Por qué?
3. La homosexualidad se puede curar.
Hasta 1973 la homosexualidad era considerada una enfermedad mental. Pero en ese año la Asociación
Americana de Psiquiatría dejó de incluirla en la lista de trastornos mentales. Puesto que no es una
enfermedad, no hay que plantearse ninguna cura. Si alguna vez encuentras a un terapeuta que te ofrezca
algún tratamiento, piensa que te están engañando. Esa persona no conoce bien el tema y no sabe lo que
hace. Es más, podrías denunciarla al colegio de psicólogos. Y harías un bien a la sociedad si lo haces.
4. La homosexualidad es antinatural.
Esto tampoco es cierto. Si la homosexualidad ha existido siempre a lo largo de la historia, si más o menos
un 10 por ciento de la población es homosexual, ¿no es natural por tanto en el ser humano? Lo que sería
antinatural es forzar a tu hija a que vaya en contra de su naturaleza. Piensa sobre ello. ¿Tú podrías ir en
contra de la tuya?
5. Los homosexuales son personas que han nacido en el cuerpo equivocado.
No es cierto. Ese es el caso de los transexuales, personas que habiendo nacido con un sexo determinado
sienten que pertenecen al género contrario. Esto no ocurre con los homosexuales, que se sienten lo que
son, hombres o mujeres.
6. Mi hija es lesbiana porque alguien la ha pervertido.
Se trata de otro tópico muy extendido. Si tu hija ha tenido una relación con otra mujer es porque lo ha
querido. La homosexualidad no es algo que se transmita por contacto. Lo eres o no lo eres. Nadie va a
hacer que te hagas homosexual si realmente no lo eres.
7. Mi hija es lesbiana porque ha tenido problemas con los hombres.
Por mucho que tengas malas experiencias con los hombres, eso no puede modificar tu orientación sexual.
Esta se forma en los primeros años de vida y no es posible cambiarla así como así.
8. A las lesbianas les gusta vestirse como hombres.
Este también es otro tópico muy extendido. Hay muchas lesbianas que tienen un aspecto muy masculino,
pero precisamente porque sólo puedes reconocer como lesbianas a esas, no ves a todas las otras. Ser les-
biana no es algo que se lleve escrito en la frente. Y, además, muchas de esas mujeres que crees que pue-
den ser lesbianas porque tienen un aspecto masculino quizá sean heterosexuales. La ropa no determina tu
orientación sexual. ¿O es que sólo eres heterosexual si llevas falda, tacones y te maquillas? Y por contra,
¿todas las mujeres que llevan indumentaria masculina son lesbianas?
9. La vida de las personas homosexuales es peligrosa e insana.
Esta idea también procede de la poca información que hay y de las generalizaciones. ¿En qué te basas
para pensar esto? ¿Conoces algún caso? ¿No es tan peligrosa e insana como la de cualquier otro hetero-
sexual que lleve una vida de esa clase? Tanto el peligro como el riesgo no tienen nada que ver con la
orientación sexual, sino con la forma que tiene cada persona de entender y vivir su vida.
10. Las personas homosexuales estarán solas en la vejez.
Mucha gente cree que los homosexuales no son capaces de tener una pareja estable y piensan que, como
no pueden casarse, acabarán solos en la vejez. Pero ¿no acaban solos muchos ancianos heterosexuales hoy
en día? ¿No es un riesgo que tú misma puedes correr? La gente homosexual suele construirse sus propias
familias con gente de su entorno. Entre ellos pueden establecer lazos afectivos que no están basados en el
interés ni en la obligación, algo que no siempre puede afirmarse de las familias tradicionales.
Podríamos añadir muchos más tópicos, pero esto no es más que una muestra de los más exten-
didos. ¿Crees que una creencia injustificada, algo de lo que no tienes plena seguridad, puede
malograr la relación con tu hija? ¿Puede malograr incluso tu vida? En estos momentos conviene
que busques toda la información que puedas para arrojar nueva luz a tus creencias sobre la
homosexualidad, comprobar cada una de las ideas que tienes para descubrir hasta qué punto son
ciertas o no. Y, sobre todo, necesitas confiar en tu hija y apoyarla. Si has leído este libro, habrás
descubierto, quizá por primera vez, lo dolorosa que puede llegar a ser la formación de la identi-
dad homosexual. Trata ahora de ponerte en la piel de tu hija. Trata de imaginar lo que ha tenido
que pasar, el aislamiento, la soledad, el miedo, el rechazo que ella misma habrá sentido, lo mal
que se habrá encontrado al enfrentarse a lo que le estaba pasando y no tener ninguna respuesta
positiva de su entorno. ¿No crees que si ella ha tenido la necesidad de contarte esto se merece
todo tu amor y tu apoyo en lugar de tu rechazo? Entonces, demuéstraselo. No le des la espalda.
Es lo último que necesita.
5. Lo que dicen los expertos
Para tu información, voy a contarte cómo funciona todo esto. En otros países ya se ha estudiado a fondo
este tema y lo que estás pasando tú en estos momentos lo han pasado muchos padres. Todos coinciden en
lo mismo. Una vez superado el trance, la relación con sus hijos ha mejorado. Cuando logran aceptarlos tal
como son, se ha establecido un lazo de afecto y sinceridad que les ha permitido conocerse mejor y avan-
zar juntos, crecer juntos. Hasta ahora quizá te estabas perdiendo todo esto de tu hija. Date una oportuni-
dad para cambiarlo.
Según un estudio,* las reacciones de los padres a la noticia de que su hijo o hija es homosexual
pasan por diferentes fases:
1. Conciencia subliminal: algunos padres tienen la vaga intuición de que sus hijos pudieran ser homo-
sexuales, aunque no se lo plantean de forma consciente. Sin embargo, ven signos en sus hijos que les
despiertan esa sospecha: su forma de vestir, la abundancia de amigos del mismo sexo, la inexistencia de
noviazgos conocidos, etc.
2. Impacto: se produce cuando se descubre la verdad, bien sea porque el hijo o la hija lo ha contado o
porque los padres lo han descubierto por accidente. Es aquí cuando puede aparecer cualquiera de estos
trastornos: insomnio, llanto incontrolado, ira, miedo, rechazo, palpitaciones. Quizás este es uno de los
momentos más dramáticos por los que tienes que pasar.
3. Adaptación: en esta etapa la familia trata de adaptarse a la idea de que el hijo o la hija es homosexual.
Es entonces cuando los padres pueden tratar de influir en el hijo o la hija para que cambie de idea o, si no
puede ser, para que no hable sobre el tema y no les cuente nada de lo que hace. Aparece el miedo en la
familia de perder el estatus frente a la comunidad a la que pertenece por tener en su seno a alguien que la
sociedad considera inaceptable. Es el síndrome del «qué dirán».
4. Resolución: los padres dejan de tener la fantasía de que su hijo o hija es heterosexual y empiezan a
[ Pobierz całość w formacie PDF ]